Aforismo

Manual para ceguera repentina.

Mirar, observar, ver, contemplar…percibir.
Damos por hecho la rutina del uso sensorial, y nos recreamos en lo magnífico del destino, sin pararnos a reflexionar en lo maravilloso del origen. Porque la gran mayoría nacimos “simplemente viendo”, estamos acostumbrados a ello y no lo concebimos de otra forma.
¿Pero que ocurriría si un buen día, de repente, dejásemos de ver? Recientemente se ha estrenado en nuestros cines Blindness, una película basada en el libro de Ensayo sobre la ceguera de José Saramago, y dirigida por Fernando Meirelles, donde nos invitan a la reflexión en un mundo donde misteriosamente la población va perdiendo la vista.

La primera reacción es el desconcierto. La orientación se pierde, no se sabe que ocurre alrededor, los sonidos se agolpan en la mente sin saber su procedencia. Se apela a la ayuda externa, hay una búsqueda de seguridad y protección.

Estando ya a salvo, se puede recuperar en parte la calma y es cuando asalta la duda principal. ¿Qué esta pasando?

El desconocimiento sobre las cosas, la pérdida de control sobre las mismas, provoca sensación de pánico e inseguridad. Este pánico es proporcional a la medida y magnitud del misterio. El ser humano tiende a tomar medidas, más o menos morales, para atajar estas situaciones. La importancia de estas medidas también se mide según la escala de las circunstancias.
En la sociedad del miedo hay que aislar la semilla del terror y sus frutos. No hay lugar para la compasión cuando se trata de sobrevivir. Y si el foco no se erradica por un mínimo principio de humanidad, se le está haciendo un inmenso favor, el cual debe de agradecer. Cualquier indicio de desacuerdo debe ser castigado.

Y así surgen ejemplos como los campos de de refugiados, u otros sistemas de aislamiento donde el gobierno en el poder regla el contacto con el exterior, pero deja a los internos la gestión de sus relaciones personales, hacinando a personas de diferentes índoles y valores. Gente que no cuenta en un mundo desarrollado.

Estas relaciones son reflejo de la civilización en las que han tenido lugar previamente. Se suele elegir a un representante con el que se identifique el grupo, pero común es la diversidad de opiniones, dando como resultado la oposición al líder.
Tenemos entonces dos facciones en una situación límite y donde las reglas las imponen
la educación y los valores, la cuestión es hasta donde alcanzan a llegar.

Si los acontecimientos se tornan difíciles, si las posturas se radicalizan, puede suceder el estallido de una guerra. La diplomacia se desvanece e impera el ataque y la defensa. El instinto de supervivencia se agudiza. La fortaleza del grupo y la unión puede ser decisoria y es condición indispensable para la resistencia en pos de la victoria.

La conclusión puede traducirse en que en las situaciones más adversas, necesitamos de los otros, de los nuestros. La colaboración, el apoyo, y mismo sentimiento son eslabones de una cadena, y cuanto más afianzados estén mayor será su resistencia.

Aforismo: Uno no es casi nada, si sólo es para si mismo.

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