Manifiesto


¿Cómo llegar a mi destino?

Puedo mirarte a los ojos y ver un sentimiento a través de su destello. O bien, puedes deslizarme, desde tus dedos, un pedazo de papel con trazos vivos. Lo importante es hacer llegar el mensaje. Y cuanto más nítido, mejor, porque despejará mis dudas; cuánto más sutil y elaborado, más se aferrará a mi memoria y mayor será la dilación de mi corazón.
Cuando la forma colorea la fortaleza del contenido, se agudizan los sentidos, se transmite y se evoca, como alguien que se desnuda demorando las agujas del reloj, con deleite y consagración, frente al deseo de su amante.

Aquí caben algo más que textos. Se expanden formas, recursos y estilos, porque la pluma se puede coger, abrazar o apretar, en función de las circunstancias.

Para empezar debes elegir el medio de transporte.

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