Cuando faltan las palabras...
Oliverio Girondo
Fragmento de Carta abierta A “La Púa”
¿Publicar? ¿Publicar cuando hasta los mejores publican 1.071 % veces más de lo que debieran publicar?...Yo no tengo, ni deseo tener, sangre de estatua. Yo no pretendo sufrir la humillación de los gorriones. Yo no aspiro a que me babeen la tumba de lugares comunes, ya que lo único realmente interesante es el mecanismo de sentir y pensar. ¡Prueba de existencia!
Oliverio Girondo (Fuente: Antología de Oliverio Girondo)
Situemos el texto. Corresponde al fragmento de una carta remitida por el poeta Oliverio Girondo. Girondo conocía la vanidad de los éxitos literarios, la urdimbre de servilismo, adulación y dudosa política que a menudo los condiciona.
El párrafo comienza con dos preguntas retóricas. La primera sirve para enunciar la labor que se pone en entredicho; la segunda recalca y expone un ejemplo hiperbólico para robustecer a la primera. A continuación, utiliza los puntos suspensivos para ceder espacio a la reflexión.
Girondo de esta forma no niega taxativamente, sino que invita a al debate, habiendo adoptado él ya una postura dentro del mismo. Propone el ejercicio de pensar, sin imponer pero enjuiciando, dirigiendo la interrogación hacia si mismo, y desde allí, hacia su interlocutor.
Una vez abierta la polémica expone sus argumentos a través de una encadenación de frases. En ellas juega con el ritmo, acelerándolo al principio, frenándolo después, y volviendo a elevarlo con una exclamación al final.
Se podría establecer este fragmento en tres partes. La primera consta de tres pensamientos relacionados, utiliza el punto y seguido en los dos primeros para dar mayor velocidad y vigor a las sentencias. Se frena en el tercero, pausando con una coma, y alargando la frase, para cambiar el tiempo y dar paso al por qué de las ideas anteriores. Así atrae la atención del lector reteniéndole intencionadamente en este punto, para finalmente terminar con una exclamación tajante, que vuelve a enaltecer la cadencia.
En los tres pensamientos iniciales hace uso de la metáfora (“sangre de estatua”, “humillación de los gorriones”, “me babeen la tumba de lugares comunes”) para expresar su rechazo a la fama, ridiculizándola a través de un humor irónico, presente durante casi todo el texto y muy propio del autor. Evita la repetición, utilizando diferentes verbos para transmitir su intención (aspiro, pretendo, deseo tener), ya que lo contrario daría un efecto pobre y monótono.
La última frase, la exclamación (¡Prueba de existencia!), es un concepto que sintetiza y define la idea precedente (ya que lo único realmente interesante es el mecanismo de sentir y pensar).
Podríamos incluso distribuir el párrafo en las tres unidades que estructuran un texto, donde la introducción serían las preguntas. El cuerpo lo conformarían los tres pensamientos hasta la última coma y el resto sería el desenlace.
En definitiva nos encontramos con un pasaje muy rico en cuanto a recursos, que espero os pueda aportar ideas para transmitir de una forma diferente y expresiva.
Genial trecenoesunnúmerocualquiera!!
ResponderEliminarMe gustaría matizar que se trata de un texto de 1922. Ha pasado casi un siglo y el estilo no pasa de moda. De hecho, causa estupor leer textos de tal categoría literaria y...tanto ingenio! Deberíamos recapacitar...
Os remito a la lectura del texto completo en el siguiente link:
http://www.geomundos.com/cultura/poemancipado/veinte-poemas-para-ser-leidos-en-el-tranvia_doc_14066.html
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