Segundo Capítulo

¡¿Cómo están ustedes?!

Es una buena forma de saludar y que, sin darse cuenta, hace que todo el mundo responda a voz en grito: ¡¡¡¡¡BIEEEEEEEEEEEN!!!! Todos hemos sido niños y recordamos con cariño ese grito de guerra con el que comenzaban Los Payasos de la Tele (Gaby, Fofó y Miliki) sus espectáculos en los que nos hacían creer, por un rato, que no había nada más importante en el mundo que cantar.

¿Y por qué empiezo tan televisiva yo este segundo capítulo? Por que con ello rindo mi pequeño homenaje a ese medio que nos trae tan de cabeza, ese del que todo el mundo se queja, y que sin él no podemos vivir: la Televisión. Nos quejamos de que la televisión nos atonta el cerebro y que más nos valdría leer un buen libro en lugar de estar pegados a la caja tonta, ¿verdad? Pues esto, creo yo, que es como todo, sin excesos todo viene bien. El ver una buena película que, de vez en cuando pasa que las echan por la tele, y leer un buen libro no tiene por qué estar reñido. Pero prefiero no desviarme hoy, y centrarme en esas maravillas televisivas de las que todos, lo reconozcamos o no, más o menos, hemos disfrutado durante tantos años. Me refiero a las series de televisión.

Las series de televisión, ya hayan sido extranjeras o producidas aquí en España, han tenido gran aceptación por el público. Y, en consecuencia, han sido un gran lugar en el que la publicidad también ha buscado su sitio. Ya en el primer capítulo hice referencia a una de las series que más éxito ha tenido, no solo en España, sino también en muchos otros países, que son Friends. Ésta serie supuso un cambio en la forma de exponer la vida, de contar las historias. Ya vimos que el consumo de cervezas y cafés era preocupantes, pero ¿qué me decís de la cantidad de establecimientos que han aparecido, de una forma u otra, dentro de la serie? Por ejemplo, los centros comerciales Macy’s; o la propia Rachel Green, que trabajaba en Ralph Lauren, y que de hecho, el propio Ralph Lauren salió en uno de los episodios. Esta serie es una mina: las botellas de agua que siempre cogían de la nevera, la marca de los refrescos y el estilo de vida neoyorquino. Hasta uno de los capítulos estuvo dedicado a un Porsche del que Joey encontraba las llaves. Pero, aunque sea una buena serie para tomar ejemplos, no podemos olvidarnos del resto de series que a todos hemos visto alguna vez:

· Los estilos de vida, muebles, ropas y alimentos consumidos en ‘Aquí No Hay Quien Viva’.

· Los medicamentos recetados en series de tema hospitalario, como Urgencias, Hospital Central…Sin mencionar la moto que, con todo gusto y estilo, lleva House en su serie, una réplica de la moto pilotada por Dani Pedrosa y Nicky Hayden, una Honda CBR 1000 RR Fireblade.

· El guiño publicitario incipiente que existe en la serie Futurama. Incluso uno de sus capítulos trataba sobre el refresco Slurm, del cual no se conoce la fórmula, pero que gracias a una visita al puro estilo Willy Wonka en Charlie y la Fábrica de Chocolate, descubren que el refresco Slurm es algo… que no hubieran podido nunca imaginar. Un guiño inequívoco a la Coca-Cola y al secretismo de su fórmula.

· Las parodias mordientes y ácidas de Padre de Familia sobre marcas, actores, personajes famosos y demás de los cuales se haría una lista interminable. Simplemente destaco un capítulo en el que a Chris Griffin le sale un grano y éste acaba haciéndose dueño de su personalidad. Por sorprenderte que parezca, este capítulo está basado en un spot que se emitió en Estados Unidos.

· El poder que llega a tener en la serie ‘Los Simpson’ el publicitario personaje Duffman, el hombre de la cerveza. O aquel capítulo en el que Matt Groening parodia la creatividad publicitaria sin sentido cuando Homer se convierte en el hombre quitanieves del pueblo y se anuncia en televisión. Es un buen guiño a la publicidad efectiva de: “Soy x, llame al número tal y cuente con nuestros servicios!”.

Podemos seguir nombrando series en las que la publicidad, de una manera u otra, ha encontrado un lugar donde desarrollarse aún más:
Ally McBeal; A 2 metros bajo tierra; 7 vidas; Cómo Conocí a Vuestra Madre; Los Soprano; Cheers; Frasier… y un largo etcétera en el que todos queremos sentirnos un poco identificados.

Sin embargo, si me lo permitís, dejo para el final 2 series, españolas ambas, que han incluido la publicidad dentro de ellas y que, al menos en una de ellas, muchos han agradecido.

La primera es Médico de Familia, y su mesa a la hora del desayuno. La de veces que se ha hecho este comentario, y qué cierto es sin duda.

Y la última, Cuéntame. Una serie que, aquellos con una edad que sobrepase los 30 habrán disfrutado de lo lindo. Me resulta precioso ver a mis padres emocionándose por todas aquellas cosas que formaron parte de su época, tales como la Mirinda, los comics del Capitán Trueno, las primeras marcas de televisiones y electrodomésticos, y todas aquellas pequeñas cosas que, sin darnos cuenta, estaban y seguirán estando en nuestra vida, por que, reconozcámoslo: la publicidad no sirve de nada, nadie le hace caso, todo el mundo dice estar harto de ella, pero… os invito a imaginar un mundo sin publicidad. Si ello ocurriera, hago un homenaje con ello a uno de mis escritores favoritos, G. A. Bécquer diciendo, “¡Díos Mío, qué solos se quedarían los vivos!”.